martes, 18 de marzo de 2008

KOKOPELLI: BIODIVERSIDAD, EL FINAL DE LAS ILUSIONES
 
    Ya comunicaron las sentencias han caído: la asociación Kokopelli (K)
está seriamente condenada:
- 12000 € para el comerciante de semillas Baumaux
- 23000€ para el estado francés y la federación de los industriales de la semilla (FNPSPF)
 
Hay que ser realistas, las semillas que defiende la asociación K están mantenidas en la ilegalidad por voluntad política, no podíamos ganar estos juicios. 
 
A pesar de las directivas europeas, del aviso de la ONU, del Senado, de científicos,de agrónomos afirmando la urgencia de salvaguardar la biodiversidad alimentaría. El estado francés se niega a liberar el acceso a las semillas antiguas, es lo que permite hoy a los magistrados infligir estas graves penas a K.
 En el caso de la empresa Baumaux por competencia desleal. El señor Baumaux 
incrementara su beneficio de 800 000 € en 10 000 € más y recibirá 2 000 € por sus gastos.
 
El estado francés recibirá 17 500 € con motivo de que K venda semillas ilegales, 5000€ serán dedicados a los gastos y la información al pueblo sobre las prácticas peligrosas de K. Las semillas que han nutrido a nuestros abuelos y que sirven para nutrirnos hoy día gracias a los juegos de cruzamientos se han vuelto ilegales y peligrosas.
 
Se dijo en el Foro del Medio Ambiente “Grenelle de l’enviroment”: hay que salvar la biodiversidad ! ¿Entonces por qué condenar una asociación que salvaguarda con sus adherentes y simpatizantes más de 25000 variedades en peligro de extinción?  ¿Por qué condenar estas semillas de las cuales la FAO reconoce que son una de las soluciones para asegurar la soberanía alimentaría frente a los cambios climáticos y al aumento de la población mundial? ¿Por qué las mismas variedades, según sean vendidas por K o por operadores provocan condenas o mansedumbres? ¿Por qué las grandes superficies venden frutas y verduras que provienen de variedades prohibidas a K en toda impunidad? (por lo menos, a nuestro conocimiento)
            
Las condenas a K no están relacionadas con la naturaleza de las semillas que protege la asociación, sino con sus acciones.
 
La asociación propone a los hortelan@s, a los campesin@s, a ser autónom@s y
responsables de cara a lo vivo. En nuestra sociedad, donde todo son mercancías, esto es intolerable. La mayor queja subyacente hecha a las semillas antiguas, campesinas, es que sean reproducibles y además adaptables a numerosas condiciones de cultivo sin el apoyo de la agroquímica. Éste es el fallo de K, conservar la levadura madre de saberes populares agronómicos y genéticos. Cuando quieren hacernos creer que todo es híbrido, OGM, química, energía fósil, son las únicas posibilidades de asegurar nuestra alimentación, propagar la autonomía de las semillas por el ejemplo se ha vuelto reprensible.
 
Hace 15 años que K protege la diversidad de nuestros huertos, de nuestros campos, de nuestras platos, a la vez que intenta hacer evolucionar el marco jurídico hacia el reconocimiento del valor agronómico y cultural de las variedades reproducibles; el estado francés nos hizo fracasar. Hoy en día, la desaparición potencial de K abre una autopista a la uniformización cultural y productivista agrícola. La desaparición de la “verdadera” biodiversidad basada en la variabilidad genética de una multitud de variedades locales nunca será, y de lejos, compensada por algunas variedades clonadas. Es interesante resaltar la similitud de las acciones y de la represion a los segadores de transgénicos, a los amigos de la ortiga (como ingrediente para purines, etc), a los defensores de la herboristería, y K: cada un@ busca su manera, de proteger y promover la vida y la continuidad de los saberes. ¡ Para nuestro gobierno todo esto se vuelve reprimible! Cara a estas contradicciones, por un lado declaraciones vehementes del “grenelle” del medio ambiente, por otro lado condenas que consigue contra los defensores de la biodiversidad, apostamos que el Estado Francés tenga como meta a tener realmente en cuenta el devenir de las generaciones futuras contra las generaciones futuras.
            La asociación K siempre propuso la resistencia fértil no violenta y el diálogo, ¿igual estábamos demasiados adelantados? Pero ahora, salvar la
biodiversidad es de extrema urgencia. Si la agricultura productivita que protege el gobierno se engaña, nos engaña, vos engaña ¿tendremos
estrategia de repliegue? si nuestros políticos contribuyen a erradicar
nuestro patrimonio de las semillas alimentarías? La solución está en
vuestro campo, señor@s gobernantes. Una vez os habéis podido reivindicar
“responsables pero no culpables”. Frente al hambre del pueblo este
argumento no vale, no oscurezcáis más el porvenir, que ya lo está
suficientemente. 
 
Quizá habría que hacer una llamada ¡a las semillas ciudadan@s!        
                                                                                                          
Raoul Jacquin

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